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BLOG/Préstamos Personales

Créditos vs. Préstamos: sus diferencias

junio 08, 2020

Es muy común para quienes no tienen cierta cultura financiera confundir o utilizar erróneamente los términos “crédito” o “préstamos”. Incluso muchas veces se los utiliza como sinónimos creyendo que significan lo mismo. Lo cierto es que son muy diferentes. A continuación marcaremos las diferencias entre los créditos y los préstamos:

En el préstamo la entidad financiera pone a disposición del cliente una cantidad de dinero fija y el cliente adquiere la obligación de devolver esa cantidad más unas comisiones e intereses pactados en el plazo acordado. Según el Banco Central de la República Argentina “El costo de financiamiento está formado por la tasa de interés y las comisiones pactadas, los sellados y todo gasto en que, por cualquier concepto, se incurra para la obtención del préstamo. Las entidades financieras no pueden cobrar costos que no hayan sido incluidos en el contrato firmado con el cliente y que no respondan a la efectiva prestación de un servicio”

En el crédito la entidad financiera pone a disposición del cliente, en una cuenta de crédito, una cantidad de dinero máxima. En cuanto a sus costos, el B.C.R.A especifica lo siguiente “El cliente que toma un crédito de un banco debe afrontar otros costos además de la tasa de interés, que son importantes en el costo total del crédito. Esos costos conforman el llamado Costo Financiero Total (CFT), que incluye gastos administrativos, de otorgamiento, de información al cliente, de seguro y otros.”

El préstamo suele ser una operación a medio o largo plazo y su devolución se realiza mediante cuotas regulares. En el préstamo la cantidad concedida normalmente se ingresa en la cuenta del cliente y los intereses a pagar serán sobre la totalidad del préstamo concedido.

Por el contrario, en un crédito sólo se pagan intereses sobre el dinero utilizado. El resto del capital está libre para que dispongamos de él cuando sea necesario, pero no se pagará intereses hasta que no lo utilicemos.

Una vez que finaliza el plazo del préstamo, el mismo no se renueva. Hay que volver a efectuar un nuevo contrato y ver si se conservan o se cambian las condiciones para la renovación del préstamo.

En cambio, el crédito, al término del plazo admite la posibilidad de renovación y ampliación, cuantas veces se necesite, del máximo disponible.

Los préstamos suelen tener tipos de interés más bajos que el crédito, aunque, se deben pagar por la totalidad del importe concedido.

En el crédito los tipos de interés suelen ser más altos que en el préstamo y el plazo de amortización generalmente es más corto. Aunque esto siempre es negociable con la entidad.

Los préstamos se piden particularmente para productos de los que conocemos su precio (un auto, un viaje, amueblamiento, etc)

Los créditos, sin embargo, los suelen utilizar profesionales, empresarios o autónomos, que necesitan liquidez en determinados momentos y que no saben exactamente cuándo ni cuánto dinero van a necesitar.