En artículos anteriores vimos distintos tipos de deuda, en especial, las que pueden aparecer cotidianamente en nuestras vidas. Algunas son más obvias y otras están más escondidas, por lo que es importante aprender a identificarlas, para luego poder solventarlas. Incluso, planificar para no incurrir en ellas.
A veces, es necesario volver a lo básico y elemental, para poder construir sobre conocimiento firme. Entonces, ¿qué es una deuda? La definición podría salirnos casi de memoria o armarla sin mucho esfuerzo: una deuda es una obligación que tiene una persona (jurídica o física), en la cual está comprometido a cumplir con ciertos pagos, en general fruto de su actividad económica.
Ahora, podemos profundizar en esa definición y, si se quiere, hacerla un poco más técnica. Habitualmente, la búsqueda de financiación es el principal motivo de la emisión de deuda. Por supuesto, esta tiene un coste de financiación.
Los problemas ocurren cuando el coste se encarece por el riesgo que conlleva la deuda, siendo menores las probabilidades de devolución. Aquí se engloban todas las cuestiones relacionadas con la solvencia, las que mayormente terminarán en la exigencia de una rentabilidad más elevada. Concretamente: la emisión de un bono de un Estado sólido financieramente tiene más seguridad que la de una empresa que no cotiza en el mercado, lo que hará las características de cada deuda bastante diferentes.
Según sus vencimientos, formas y usos, puede haber distintos tipos de deuda. A saber:
- Con diferentes precios de emisión y cotizaciones.
- Con pago periódico de cupones.
- Deuda convertible en productos de más riesgo y sujetos a fluctuaciones de mercado.
- A descuento.
- Deuda que se utiliza como activo subyacente en productos derivados (como pueden ser los Futuros).
- Senior con garantía real o aquella también llamada colateral.
La deuda juega un rol fundamental en los mercados financieros. Es la que permite que la economía continúe funcionando. Si bien es una palabra con mala fama, es crucial su utilización.
Existen diferentes agencias de rating, las cuales califican las deudas con rating crediticios. Los criterios son variados y no cuentan con unanimidad de aceptación.
La emisión de deuda puede dividirse según quién sea su emisor. Es así que encontramos la deuda pública, la cual emite un Estado; y la deuda privada, correspondiente a órganos privados.
Si bien esos son dos grandes grupos, en la vida cotidiana podemos encontrar otras tales como la deuda activa, la de los hogares, la interna de un país u otras.