Todo préstamo es una forma de financiación. Sus usos son varios, pudiendo ir desde la inversión hasta la solución de un problema financiero. En este marco, un préstamo prendario es un crédito que uno utiliza para comprar un auto, permitiéndole a una persona o entidad ofrecer una cantidad de dinero, la cual equivale a un porcentaje de la prenda, es decir, el bien mueble que funciona como garantía. Ese bien suele ser un automóvil y el objetivo principal del préstamo. Para dicho fin se realiza un contrato prendario, con cláusulas de plazo o prohibitivas, como por ejemplo no constituir otra prenda sobre el mismo bien.
Son variados los beneficios de obtener un crédito para comprar un auto. El principal es la inmediatez: contar con el vehículo antes de pagar siquiera la primera cuota permite usufructuarlo, ya sea para uso personal como para trabajar. En este último caso, el vehículo puede destinarse para obtener el dinero que después se utilizará para pagarlo, siendo una inversión directa. En el caso del préstamo prendario, esto es posible porque el bien permanece en poder del deudor. Los límites del uso del vehículo se estipulan en el contrato firmado por ambas partes, y está vigente hasta que se cancele la deuda o se traslade al comprador.
Otro beneficio puede ser el tipo de cuotas: en un crédito para autos o prendario el sistema que se utiliza frecuentemente es el de amortización francés: las cuotas son iguales y en general con tasa fija; en su defecto, la variación es en función de la tasa valorada en el mercado. El sistema francés es en el cual al comienzo se paga más interés y menos de capital y la situación se invierte con el correr del préstamo, permitiendo tener el mismo importe de las cuotas. Como en todos los créditos, al momento de solicitarlo es necesario informarse acerca de las condiciones, como por ejemplo el interés que se aplicará o las comisiones a cobrar.
Es importante que el préstamo se ajuste a las necesidades de quien lo solicita y estar seguros antes de firmar los documentos.
En el caso del préstamo prendario, el acreedor cancela la prenda cuando fue cancelado el préstamo y así se puede disponer de ella. Si la deuda no fuese saldada, el prestador tiene derecho a vender el objeto y recuperar lo que se le adeuda de capital e intereses.