El pago con cheque es una herramienta de mucha utilidad a la hora de hacer negocios. Tiene incorporado una variedad de recursos que lo hace un instrumento de valor. Pero muchas veces, para quien lo recibe es una incomodidad, sobre todo si son cheques de pago diferido. En esa situación, se dispone del cheque pero no del efectivo. Es en esa instancia donde vale la pena evaluar el cambio de cheques por efectivo.
Primero, repasemos la metodología de los cheques. Un cheque es una orden de pago librada contra un banco. Quien lo expide debe tener en su cuenta bancaria el monto indicado en el instrumento, y quien lo recibe cobrará ese valor. Este es un medio de pago habitual que posibilita prescindir del efectivo. Los cheques, además del monto, tienen una fecha para ser cobrados y también una de caducidad.
El cheque debe ser válido. No puede tener errores de confección ni tachaduras, por ejemplo. Además, debe figurar el nombre del banco emisor. Si estas y otras cuestiones se cumplen, el medio de pago es válido. Pero quien recibe el cheque puede estar en la necesidad de contar con el efectivo en lugar de esperar la fecha de cobro o hacer los trámites correspondientes.
El principal beneficio de cambiar un cheque es evidente: obtener liquidez inmediata. Esto permite hacer frente a gastos extraordinarios, salvar el desfase entre cobros y pagos u otras cuestiones que se presenten habitualmente y que requieran de fondos en efectivo.
También puede servir para evitar una cadena de endosos, o “pasar” un cheque del que no se tiene tanta confianza (aunque este es un punto a revisar si se pretende cambiarlo por efectivo).
Hay algunas características comunes al cambio de cheques: en su mayoría, deben ser cheques locales, posiblemente tengan un máximo relativo de días, deben ser de pago diferido, y el monto debe estar en la línea de crédito disponible. Otra de las ventajas es ahorrarse los costos que puede generar un depósito o cobrarlo por ventanilla. Por supuesto, la contraparte de esto son los costos o intereses que representa cambiar un cheque por efectivo.
En tiempos de inmediatez, contar con la posibilidad de hacerse de efectivo al recibir un pago con cheque es una herramienta a considerar. Especialmente si los pagos se van a replicar y muchas veces no es posible esperar la fecha de cobro indicada.