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Miedos y mitos sobre endeudarse: Cómo afrontarlos y usar la deuda a tu favor

diciembre 26, 2024

El mundo de las finanzas personales puede ser abrumador. Para muchas personas, la palabra “deuda” evoca imágenes de estrés, cobranzas y dificultades económicas. Sin embargo, el endeudamiento es una herramienta que, bien utilizada, puede impulsar metas personales, mejorar la calidad de vida y abrir puertas a oportunidades que de otra manera serían difíciles de concretar. Entonces, ¿por qué genera tanto miedo?

Este artículo busca explorar los miedos y mitos que rodean el acto de endeudarse, así como brindar pautas para hacerlo de forma responsable y estratégica. Con la educación financiera y la planificación adecuada, el endeudamiento puede dejar de ser un enemigo y convertirse en un aliado financiero.

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El origen de los miedos al endeudarse

Educación financiera limitada

La falta de información clara es un factor crucial en la creación de miedos alrededor de la deuda. Muchas personas no reciben formación básica sobre cómo funcionan los préstamos, los intereses o los plazos de amortización. Además, las historias negativas de deudores en quiebra o embargados refuerzan la idea de que toda deuda es sinónimo de problemas.

El resultado es que, ante la falta de conocimientos, se desarrollan temores infundados o generalizaciones que alejan a la gente de soluciones crediticias que podrían serles útiles. Una persona con escasa educación financiera puede sentirse abrumada al no comprender cómo calcular los intereses o las cuotas mensuales.

Experiencias negativas o testimonios de terceros

Los relatos de amigos, familiares o conocidos que sufrieron impagos o cayeron en sobreendeudamiento generan desconfianza. Esto forma la idea de que “endeudarse es peligroso” sin analizar las circunstancias particulares de cada caso. Es cierto que hay experiencias que demuestran cómo un mal manejo de la deuda puede causar estrés y problemas financieros, pero también existen historias de éxito en las que el crédito fue un catalizador de logros personales.

Presión social y familiar

El miedo al “qué dirán” o la vergüenza de reconocer dificultades económicas pueden llevar a las personas a evitar pedir préstamos, incluso cuando estos podrían resolver una necesidad real. Además, ciertas familias o entornos sociales condenan la deuda sin matices, reforzando la idea de que “nunca es bueno deberle a alguien”. Estas presiones, sumadas a la desinformación, dificultan la apertura hacia un posible uso inteligente de la deuda.

Mitos comunes sobre endeudarse

“Toda deuda es mala”

El mito de que toda deuda es perjudicial es uno de los más persistentes. Sin embargo, es fundamental distinguir entre deuda productiva y deuda consumista.

  • La deuda productiva está ligada a la inversión en activos o proyectos que pueden generar ingresos o valor a largo plazo, como la compra de una vivienda, educación o un negocio.
  • La deuda consumista, en cambio, se asocia con la adquisición de bienes o servicios que pierden valor rápidamente o no generan retorno (lujos innecesarios, gastos superfluos, etc.).

Si bien cualquier deuda implica un costo, la productiva puede considerarse una herramienta estratégica, mientras que la consumista puede convertirse en un problema si no se controla.

“Si me endeudo, pierdo mi libertad financiera”

El temor a quedar “atado” a cuotas mensuales durante años asusta a mucha gente. No obstante, endeudarse de forma responsable puede ser un paso hacia la libertad financiera si te permite, por ejemplo, adquirir un inmueble en lugar de pagar renta toda la vida, o invertir en un negocio que genere ingresos. La clave radica en planificar la devolución de ese dinero y cerciorarse de que el beneficio obtenido supera el costo de la deuda.

“Los intereses siempre me arruinarán”

Es cierto que los intereses representan un costo adicional, pero afirmar que siempre arruinarán la economía de una persona es exagerado. Las tasas de interés varían según el tipo de préstamo, la entidad financiera y el perfil crediticio del solicitante. Con una buena comparación de opciones y una correcta negociación, es posible encontrar financiamientos con tasas razonables que no comprometan la estabilidad financiera.

“Es mejor pagar todo de contado”

Si bien pagar al contado evita los intereses, no siempre es la mejor estrategia. Destinar todos los ahorros a una compra puntual puede dejarte sin liquidez para emergencias o inversiones más rentables. En ciertos casos, fraccionar un pago a través de un préstamo con intereses bajos puede darte margen para mantener un fondo de emergencias o aprovechar oportunidades de inversión.

Riesgos reales del endeudamiento

Reconocer que la deuda puede ser beneficiosa no implica subestimar los riesgos que conlleva si no se maneja con responsabilidad. Estos son los principales peligros al endeudarse:

Sobreendeudamiento

El sobreendeudamiento ocurre cuando una persona asume más deuda de la que puede pagar con sus ingresos. Esto conlleva atrasos, intereses moratorios y, eventualmente, la incapacidad de cumplir con las obligaciones financieras.

  • Señales de alerta: utilizar un préstamo para pagar otro, recurrir frecuentemente a tarjetas de crédito para gastos básicos, o ver cómo las deudas consumen más de la mitad de los ingresos.

Falta de planificación y presupuesto

No incluir las cuotas mensuales del préstamo en el presupuesto es un error frecuente. Sin un control de los ingresos y egresos, es fácil perder la noción de cuánto dinero realmente está disponible para pagos. Un presupuesto ayuda a evitar compromisos mayores de los que se pueden asumir.

Impagos y su efecto en el historial crediticio

El historial crediticio es un registro que evalúa el comportamiento de pagos en distintos productos financieros. Cuando se incumplen las cuotas de un préstamo, el puntaje crediticio cae, limitando el acceso a futuros financiamientos y elevando las tasas de interés. Este impacto puede durar años, dificultando metas financieras relevantes como comprar una casa o emprender un negocio.

Cómo superar los miedos y endeudarse de manera responsable

Educación financiera

La información es la mejor herramienta para combatir el miedo y los mitos sobre el endeudamiento. Existen numerosos libros, cursos y recursos en línea que explican de forma sencilla cómo funcionan los préstamos, las tasas de interés y los plazos de pago. Además, un asesor financiero puede brindar orientación personalizada, identificando las mejores alternativas según tu perfil.

Comparación de opciones y negociación

No es suficiente con acudir a la primera entidad financiera que ofrezca un préstamo. Investiga diferentes instituciones, compara tasas de interés, comisiones y plazos. Pregunta todo lo necesario y, si es posible, negocia mejores condiciones. Muchas veces, las entidades pueden ajustar sus tasas si detectan que el cliente tiene otras opciones o un historial crediticio sólido.

Creación de un plan de pagos

Antes de firmar cualquier contrato, elabora un presupuesto que considere tus ingresos y egresos mensuales. Determina cuánto dinero realmente puedes destinar a la cuota del préstamo sin poner en riesgo tus gastos esenciales o tus ahorros. Un plan de pagos estructurado y coherente reducirá la probabilidad de retrasos o impagos.

Uso estratégico de la deuda

Una vez superados los mitos, entenderás que la deuda puede ser un apalancamiento para mejorar tu situación financiera. Por ejemplo, un préstamo para estudios superiores puede aumentar tu valor en el mercado laboral, generando mayores ingresos a futuro. De igual forma, un crédito para emprender un negocio puede generar ganancias que superen el costo de la deuda. Lo importante es analizar los riesgos y calcular si el retorno de la inversión justifica el endeudamiento.

Conclusión

Los miedos y mitos sobre endeudarse se deben, en gran medida, a la falta de educación financiera y a experiencias negativas que se han magnificado. Si bien la deuda conlleva riesgos reales, como el sobreendeudamiento y el deterioro del historial crediticio, también puede ser una herramienta poderosa para impulsar proyectos de vida y oportunidades de crecimiento.

La clave está en la responsabilidad y la información:

  1. Educarse financieramente para entender tasas, plazos y tipos de interés.
  2. Comparar diferentes opciones y negociar condiciones.
  3. Planificar los pagos con un presupuesto sólido.
  4. Analizar el destino del crédito, verificando si generará un retorno o si es un gasto superfluo.

Con estos pasos, el acto de endeudarse deja de ser un salto al vacío y se convierte en una decisión consciente que, en lugar de sumir en el temor, puede traer beneficios y oportunidades a tu vida financiera.

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