El impuesto al cheque debe su origen a la crisis. Su implementación se dio en el año 2001: fue parte de las medidas económicas impuestas por Domingo Cavallo, quien fuera llamado en plena crisis por el, en su momento, presidente Fernando de la Rúa. Irónicamente, Cavallo es considerado el responsable de esa crisis por ser el padre de la convertibilidad.
La Ley 25.413, formalmente llamada Impuesto a los Débitos y Créditos, se sancionó en tiempo récord, y fue parte del paquete económico de ajuste impulsado por el ministro. Fue considerado un gravamen de emergencia, que incluso contemplaba su fecha de finalización: el 31 de diciembre de 2002. El Impuesto al Cheque cumple diecinueve años de vigencia.
Para saber cuánto es el valor en la actualidad de este impuesto primero hay que repasar algunas cosas. Aunque su nombre popular sea taxativo, el Impuesto al Cheque se aplica sobre todas las operaciones de débito o acreditación que haya en una cuenta bancaria, ya sea de empresa o personal. Así, en todo movimiento bancario el sistema cobra el 0,6%, ya sea por depósito o por cobro o retiro del monto (cada una de estas operaciones conlleva el cobro). El impuesto no tiene la categoría de tributo –tal como la define la teoría impositiva- pero aun así está posicionada como la tercera herramienta de recaudación del Estado. La misma cada vez abarca más terreno, como demuestra por ejemplo que las llamadas billeteras electrónicas (como Mercado Pago, Ualá, entre otras), que anteriormente eran contribuyentes exentos, a partir de mediados de 2019 también comenzaron a pagar el Impuesto al cheque.
Por supuesto, hay algunas excepciones al Impuesto al Cheque, tanto en débitos como en créditos. Por ejemplo: monotributistas que soliciten la exención, algunas cajas de ahorros, acreditación de sueldos y pago de haberes, pensiones y jubilaciones, acreditación de plazos fijos o préstamos, entidades sin fines de lucro, movimientos entre cuentas del mismo titular, las operaciones inmobiliarias. Y, previsiblemente, los estados municipales, provinciales y nacionales.
Es cierto que en algunos casos el Impuesto al Cheque fue perdiendo peso. La ley de beneficio a las Pymes, por ejemplo, permite usar la totalidad del impuesto sufrido para el pago de anticipos y saldo de DDJJ y del Impuesto a las Ganancias.
Dada la precaria situación económica propiciada, entre otros factores, por la pandemia, este año el gobierno estableció una reducción de noventa días para las empresas de salud en el pago de este Impuesto (situación que comenzó a regir en marzo). Las bajan son del 0,5% el impuesto a los débitos y el 0,25% a las acreditaciones.
Otros exentos del pago al Impuesto al Cheque son las Obras Sociales y sistemas de Salud Pública, dada su condición de exentos al pago de Ganancias.