Un crédito avío es un contrato en el cual se establece que una entidad ponga a disposición de un cliente un límite de crédito determinado, el cual se desarrolla durante un período de tiempo pactado.
Dado que la finalidad de esta línea de crédito apunta a la finalización del ciclo comercial, el tiempo pactado no suele ser mayor a un año. Este hecho por lo general hace referencia a que en la financiación, el plazo de vencimiento de la deuda está atado por así decir al plazo de maduración del activo que está financiando. En consonancia con esta situación, el circulante y los activos que lo constituyen suelen hacerse líquidos habitualmente en un plazo no superior al año.
En su esencia, este crédito de cuenta corriente apunta a cubrir un posible desfase entre pagos obligados y cobros. La función de la tesorería es poder recolectar los cobros y afrontar los pagos previstos, ya sean alquileres, impuestos, proveedores o gastos generales, entre otros. Muchas veces, la diferencia entre estas dos actividades, a lo que se les suma el saldo en caja, marca la posición de la tesorería en un momento determinado.
Cuando se producen saldos de tesorería positivos en el ciclo de explotación, la actividad continúa. Pero cuando los saldos son negativos (y esto es algo habitual), es necesario recurrir a financiación. Esa es la función de esta línea de crédito: cubre a corto plazo los déficits de recursos. Esto es posible gracias a la existencia de un límite de crédito disponible, característica distintiva del crédito de cuenta corriente.
Los parámetros varía según quién solicite el crédito y la entidad que lo otorga. Los montos pueden ser bajos o medios. Los plazos oscilan entre un cuatrimestre y un año, mientras que la tasa de interés suele rondar el 25%, la cual es fija durante la vigencia del crédito.
Por otra parte, la mayoría de las reglas generales de los créditos también se aplican en este caso: incumplir con los pagos acordados puede repercutir en intereses moratorios. El historial crediticio puede verse afectado si se contratan créditos que superen la capacidad de pago de quien los solicita. Además, deberá contar con un avalista, coacreditado u obligado solidario, quien también deberá responder en caso de incumplimiento.