Anteriormente hemos descrito cómo en situaciones específicas los negocios pueden necesitar financiación externa. Ya sea para invertir, consolidar deudas o adelantar pagos, la financiación es muy útil. Y también hemos contado cómo, para acceder a un préstamo, habitualmente necesitamos de un aval. Por lo que la pregunta resultante es: ¿cómo se consigue un aval?
Primero, repasamos lo básico. Un aval es un compromiso de cumplimiento de determinadas obligaciones (en este caso, la devolución de un préstamo) frente a un tercero. A quien brinda el aval se lo conoce como avalista y respalda el préstamo garantizando su cobro al punto de responder por el avalado en caso de ser necesario. El aval puede ser de distintos tipos: financiero (el que se utiliza al momento de solicitar un crédito, funcionando como garantía de cobro); técnico (garantiza el cumplimiento de compromisos contraídos no dinerarios); y comercial (para distintas situaciones como pagos rotativos o compraventas).
¿Cuál es la forma de conseguir un aval? Dependiendo la entidad a la que se recurra, variarán los pasos a seguir para los solicitantes de avales.
Comúnmente suele haber dos requisitos principales: la empresa que avala no puede estar en concurso de acreedores, y debe encontrarse al día en pagos de impuestos y seguridad social.
El procedimiento continúa con la presentación de diversos documentos, en los que puede estar un registro de la actividad económica, objetivos principales de negocios y servicio o producto que se provea. También, se deberá presentar un balance de uno o dos ejercicios cerrados. En caso de que la empresa sea nueva y no los posea, la evaluación recaerá sobre el plan de negocios, viabilidad y beneficios, dado que son los que habilitarán a devolver el préstamo. Presentada esta información, la entidad decidirá si puede avalar o no según el riesgo que represente. Es probable que esto tenga incidencia en los costos finales de la operación.
Dado el riesgo que significa, el aval siempre tendrá un costo para quien lo adquiera. Normalmente, el costo no tiene relación directa con la ejecución del aval, sino que se incluye en los intereses o comisiones de la gestión. Por lo que, al buscar un aval, se deberá investigar sobre los costos que no interfieran en el proyecto y la forma de recuperar el capital al final de la operación. Dado lo expuesto, conseguir un préstamo es algo más que buscar el dinero necesario para un fin. Es preciso tener en cuenta factores como el aval, de forma que la gestión general sea lo más satisfactoria posible para quien la realiza.