Al momento de llevar adelante una empresa, una de las decisiones fundamentales es de qué forma se cobrará a los clientes y se pagará a los proveedores. No en todos los casos aplicarán las mismas circunstancias, por lo que es necesario evaluar qué opciones hay en el mercado y cuáles se ajustan más a nuestras necesidades. También puede suceder que las costumbres imperantes en el ámbito en el que desarrollamos nuestra actividad están demasiado arraigadas, por lo que sería difícil modificarlas.
No hay verdades absolutas. Los medios de pago son varios y dependerá de muchos factores cuál utilizar en cada situación. Por supuesto, siempre tendemos a elegir aquellos que retrasen menos el cobro y retrasen el pago.
A la hora del cobro, la opción obvia es quizá la mejor: en efectivo. Es el medio de cobro más seguro y no tiene intermediarios. Pero también puede tener sus contras. Es poco práctico manejar grandes sumas y es un riesgo su robo o extravío, por lo que su utilización es casi nula para el pago entre empresas. Se utiliza mayormente en las ventas al por menor.
Los pagos y cobros con tarjeta también son una opción en ventas menores. Su ventaja radica en la seguridad del proceso, dado que una vez que la entidad emisora de la tarjeta aprueba el pago, el cobro es seguro. Entre sus contras, podemos contar los costos elevados de comisiones, como así también tener una terminal de venta conectada que pueda procesar el pago.
Un medio también utilizado es la transferencia bancaria. En este punto hay que estar muy al día con las reglamentaciones vigentes, para no tener problemas legales ni impositivos. Pero como medio es seguro e inmediato, por lo que puede ser atractivo para algunos negocios. En muchos casos, los límites de los montos son elevados y la transacción es inmediata. Si bien las transacciones online generan cada vez más seguridad, el hecho de no contar con un documento físico que avale el pago en muchos casos es decepcionante.
Como se ha visto en artículos anteriores, el cheque es una herramienta muy útil. Este, y su variante más moderna, el Echeq, permite tener la seguridad de un medio físico para pagar, respaldado por un banco, y se puede emitir a un solo destinatario, por el importe necesario. Sus variantes (cruzado, no a la orden, etc.) dependerán de la necesidad de quien lo emita y de lo que esté dispuesto a aceptar quien cobre. Los plazos a cobrar pueden ser una contra, como también tener que depositarlo o cobrarlo en ventanilla, pero cada vez los recursos son más amplios.