En el artículo anterior nos referimos al Bitcoin, su definición y sus usos. Por supuesto, no es la única criptomoneda del mercado. Así por ejemplo, encontramos el Ether.
Ethereum es una plataforma digital que adopta la tecnología de “Blockchain” (cadena de bloques). Ether, su criptomoneda, es la segunda más grande del mercado.
Ether, al igual que el Bitcoin, forma parte de un sistema financiero autónomo de pares, esto es, libre de cualquier intervención gubernamental. La plataforma Ethereum fue creada por el programador Vitalik Buterin en 2015, con la perspectiva de crear un instrumento para aplicaciones colaborativas y descentralizadas.
Ether (ETH), su criptomoneda nativa, es un Token que puede ser utilizado en transacciones que usen este software. El valor de Ether, al igual que sucedió con el Bitcoin, se disparó en un corto periodo de tiempo.
El valor de Ether ha demostrado ser volátil: en enero del 2019 cotizaba cerca de 1 USD y a los dos años llegó a su nivel más alto, 1391 USD. No obstante, su precio actualizado a la fecha es de aproximadamente 390 USD. Si bien es cierto que su precio es fluctuante, también es verdad que es una de las pocas monedas que cuenta con capitalización de mercado significativa, junto con el Bitcoin y el Bitcoin Cash.
¿Cómo funciona Ether?
Al igual que otras criptomonedas, utiliza un libro digital compartido donde se registran todas las transacciones. Es completamente transparente, de acceso público y casi imposible de modificar a posteriori.
Este “libro contable digital” se denomina Blockchain, y se construye a través del proceso de minería de datos. Los “mineros” son aquellas personas responsables de verificar grupos de transacciones de Ether para formar "bloques", y codificarlos resolviendo complejos algoritmos.
Los nuevos bloques se enlazan entonces a la cadena de bloques anterior y el minero en cuestión recibe una recompensa, en general, un número fijo de Tokens de Ether. Habitualmente son cinco unidades de Ether, aunque esta cifra puede variar si la criptomoneda continúa subiendo.
El blockchain de Ethereum es muy similar al de Bitcoin. Pero posee un software gracias a su lenguaje de programación que permite gestionar transacciones y automatizar resultados, conocido como “contrato inteligente”: si el contrato tradicional establece términos de una relación, el contrato inteligente garantiza que esos términos se cumplen escribiéndolos en código. Ejecutan automáticamente una vez que las condiciones establecidas de antemano se cumplen.
Esto tiene como ventajas la eliminación de los costos y del retraso. También elimina la figura del intermediario, quedan registrados en la cadena de bloques a la vista de todos los usuarios y eliminan los procesos manuales. Como desventaja, al ser un código que se traduce literalmente, un error en la creación del contrato provocaría resultados que no se podrán eliminar.