También conocido como micromecenazgo, el crowdfunding es una forma moderna de financiación en la cual se utiliza el capital de pequeños aportes de un número alto de individuos.
El crowdfunding es una metodología que ayuda a emprendedores y pequeñas empresas a conseguir financiación más allá de los canales habituales, como puede ser un banco, préstamos, etc. Los proyectos en los que se utiliza este tipo de financiación son muy disímiles, ya que van desde objetivos artísticos hasta campañas políticas.
Habitualmente, se utiliza mayormente para solventar proyectos nuevos. Las plataformas de crowdfunding habilitan a personas y empresas de todo el mundo a colaborar con el proyecto elegido.
La metodología para el crowdfunding es principalmente online, lo que permite llegar a más personas y conseguir las donaciones para financiar el proyecto más rápidamente, entrando en juego muchas veces un cambio favorable del lugar de donde proviene la colaboración. Las motivaciones varían, siendo muchas veces aportes desinteresados, por el sólo hecho de ayudar o ver realizado un proyecto interesante. Pero también se ofrecen distintos tipos de recompensas, que pueden ir desde menciones y reconocimiento hasta recibir los beneficios del proyecto de forma anticipada. En líneas generales, más allá de la colaboración por donación o recompensa, el dinero que se aporta no se recupera.
Existe otra variante llamada equity crowdfunding, en la cual el capital que se aporta se configura en una inversión, ya que pretende recuperarse y obtener ganancia a través de acciones de la empresa creada. El dinero aportado en este caso por el inversor forma parte del capital social de la empresa. Una tercera variante es la de crowdlending, en la cual el capital aportado es devuelto con intereses, por lo que el inversor es un prestamista que posibilita el proyecto. La clave del crowdfunding está en la cantidad de inversores que hacen posible el desarrollo de un nuevo proyecto mediante colaboraciones no necesariamente cuantiosas.
Esta vía de financiación ayuda a personas que no pueden acceder a un crédito bancario para poner en marcha un nuevo proyecto, amparándose en los beneficios de internet para organizarse.
La metodología del crowdfunding en la siguiente: un emprendedor utiliza una plataforma para plantear su proyecto y ser un candidato para la financiación; la plataforma habitualmente valora el proyecto y establece los tipos de crowdfunding posibles; se publica el proyecto en la plataforma y se establece un marco de tiempo en el cual se puede invertir en él; una vez concluido el plazo establecido, se comprueba la financiación obtenida.
También existen otras variantes del crowdfunding, como ser acciones dentro de la sociedad, en la cual el participante se asocia a la empresa. También algo más cercano a la donación, por la cual no hay ninguna recompensa. Y las ya mencionadas, en las cuales puede haber beneficios del proyecto como parte de pago, recompensas preestablecidas o préstamos en los cuáles se estipula un interés.