Según distintas necesidades, uno puede llegar a tener que recurrir a un préstamo, u optar hacerlo porque las condiciones lo benefician. Como todo instrumento financiero, es necesario estudiarlo en profundidad sencillamente para asegurarse de que cubra con las expectativas. Para ello es necesario delimitar correctamente los objetivos y analizar las características del préstamo, para buscar la mayor de cantidad de coincidencias posibles, logrando así mayor eficiencia.
Una vez que determinamos que necesitamos un préstamo y que los objetivos están claros, cabe preguntarse: ¿qué tipos de préstamo existen? Si bien son muchos, veremos una lista de los más importantes y sus características principales.
Primero, desarrollaremos los préstamos personales, también conocidos como préstamos al consumo. Son préstamos otorgados a personas físicas, no a empresas ni PyMEs. En general, son préstamos a corto plazo o mediano en su defecto, y no es necesario en la mayoría de los casos aclarar el destino que se le dará al crédito. Entre sus ventajas, se encuentra el no tener que presentar ningún tipo de garantía, aunque a veces se necesita incluir la figura de un garante. Como contrapartida, los intereses suelen ser muy altos, dado que es quien presta el dinero quien asume un riesgo mayor al no haber garantía. Los montos prestados suelen ser menores que en otros tipos de créditos, y dependerán de los ingresos que el solicitante pueda justificar o respaldar de alguna manera. Por último, en la mayoría de los casos es necesario que el solicitante tenga un historial crediticio limpio, libre de deudas.
Los préstamos hipotecarios se otorgan a personas físicas cuyo objetivo es adquirir una vivienda. Los montos son altos para esos fines, y son préstamos a largo plazo. En este caso, el inmueble comprado queda hipotecado, por lo que es la misma vivienda la que funciona como garantía. Por este mismo hecho, las tasas de interés deberían ser más bajas que, digamos, un préstamo personal. El monto del préstamo suele cubrir hasta el 70% del valor del inmueble, siendo pocos los casos que ascienden al 100%. Esto dependerá de los ingresos de quien solicita el préstamo.
Los préstamos prendarios se otorgan a empresas para que puedan adquirir bienes muebles para la actividad que desarrollan. Como en el préstamo hipotecario, el bien adquirido pasa a ser la garantía de pago y, en caso de incumplir, quien otorga el préstamo se quedará con el/los bien/es adquirido/s. Por último, existen los préstamos al descubierto, los cuales se otorgan a titulares de cuentas corrientes. Estos préstamos, también conocidos como sobregiro en cuenta corriente, son a muy corto plazo. Se utilizan en caso de que el cliente no cuente para pagar ciertas obligaciones, como servicios abonados con débito automático. En este caso, se otorga un monto extra y cuando finaliza el período acordado, se debe pagar junto con los intereses acordados.